Como parte de su feroz batalla legal en los tribunales de Londres en contra del diario The Mail on Sunday, por dar “informaciones falsas” sobre ella para perjudicarla, Meghan Markle afirmó que se sintió “desprotegida” por la familia real británica cuando estaba embarazada.
La esposa del príncipe Harry afirma que se había convertido en el tema de una gran cantidad de artículos falsos y dañinos en los periódicos del Reino Unido, lo que le causó una “tremenda angustia emocional y daños a su salud mental”.
El texto legal también sostiene que desde la corona se le prohibió salir a defenderse.
El diario The Guardian acota que los Windsor siguen una política estricta de no reaccionar frente a ninguna clase de noticia que se publique sobre ellos, tanto si es verdadera o falsa.
CÓDIGO DE SILENCIO
Sin embargo, Meghan, de origen estadounidense y de 38 años, no compartía ese código de silencio y, en aquel momento, le hubiera gustado poder decir o hacer algo para dar su versión de los hechos. No obstante, ella “estaba embarazada, desprotegida por la institución y prohibida de defenderse”.
La duquesa de Sussex, que vive actualmente con Harry y su hijo Archie en la ciudad de Los Ángeles, ha dicho que cualquier compensación que pueda recibir si gana el caso, será donada a una organización benéfica contra el acoso escolar.
